Con el cómodo triunfo en la Provincia, Axel Kicillof se transformó en el principal sostén del batacazo oficialista en el país, a instancias de un espacio opositor que relegó votos y compromete las previsiones más optimistas de cambio político en el balotaje del 19 de noviembre.
El gobernador incrementó 10 puntos su perfomance en relación a las PASO. Un salto cualitativo que también alcanzó Sergio Massa. Por el resultado del 45 %, desde ahora, Kicillof se conforma como una referencia en la nueva representatividad partidaria de Unión por la Patria, con el ministro de Economía como vértice del poder peronista, que demostró competitividad política en la cercanía del milagro político.
En la grilla provincial, la administración de Kicillof asegura la prevalencia, como primera minoría, en la Legislatura. Tan sorprendente como el derrumbe de Patricia Bullrich (JxC), en arrastre inexorable hasta su candidato Néstor Grindetti, quien, además, perdió la intendencia de Lanús con su delegado Diego Kravetz. Fue casi en la misma deflagración electoral que impactó en las expectativas de Javier Milei, con traslado a Carolina Píparo, otra de las postulaciones endebles de esta elección.