El ministro de Economía, Luis Caputo, le pidió a Arabia Saudita US$10.000 millones de dólares para poder levantar el cepo cambiario. Frente a esta petición, desde Arabia establecieron exigencias que no son económicas, pero que están complicando todo: una es que Javier Milei no mueva la Embajada de Argentina de Tel Aviv y otra es que la Selección Argentina de Fútbol juegue en Arabia en el 2030.
La administración libertaria está buscando un país con mucho dinero, como los árabes, que tengan la capacidad de prestar. Además, esta alternativa surgió tras la negativa del Fondo Monetario Internacional (FMI) de destrabar más dólares y de lo problemático que sería conseguir un préstamo en Wall Street, donde se debería pagar una tasa de interés exorbitante. Por eso Caputo viajará el 8 de septiembre y aún no está confirmado si Javier Milei lo acompañará.
Una de las condiciones de Arabia Saudita es exigirle a Milei que no mude la Embajada argentina hacia Jerusalén, como aseguró a principio de año. Durante su viaje a Israel, el mandatario consideró legítima la defensa israelí respecto a Hamas y recordó que el plan es cambiar la sede argentina a Jerusalén occidental, tal como lo prometió en campaña.
Este es un asunto que el Gobierno no está dispuesto a conceder porque la Argentina está alineada a Estados Unidos y a Israel, a pesar de que paradójicamente le pida plata a Arabia Saudita, un país enfrentado a esas otras dos potencias.