El jefe de gobierno porteño encabeza un acto en Córdoba junto a Poggi, Orrego, Sadir, Pullaro y “Nacho” Torres, que ganaron en sus provincias. Luego vuelve a Buenos Aires para el cierre de su candidato bonaerense Diego Santilli.
A los candidatos presidenciales, Córdoba les interesa y mucho. Especialmente, pensando en la interna, a los de la oposición, que saben que es un distrito “anti-K” donde hay votos para pescar. Horacio Rodríguez Larreta estuvo el viernes pasado en la provincia y hoy volvió para realizar una muestra de fuerza “federal” en su antepenúltimo cierre de campaña. El jefe de gobierno porteño exhibió el respaldo de la mayoría de los gobernadores electos que logró Juntos por el Cambio en los últimos tres meses, en un territorio que intenta reforzar luego de la crisis interna que abrió con la posible alianza electoral con Juan Schiaretti.
El acto fue en Salsipuedes, a poco más de 30 kilómetros de la capital cordobesa. Para Larreta y su compañero de fórmula, el radical Gerardo Morales, fue el cierre de las propuestas de gobierno que vienen presentando dos veces por semana desde el inicio de la campaña en junio.
Pero fuera de eso hubo un intento por sacar músculo, con la presencias de Claudio Poggi, que ganó la elección por la gobernación en San Luis, luego de 40 años sin derrotas oficialistas; Marcelo Orrego, que terminó en San Juan con 20 años de mandatos peronistas; Carlos Sadir, el gobernador electo de Jujuy, que sucederá a Morales y prolongará al menos por cuatro años el gobierno radical, y Maximiliano Pullaro, que venció a la bullrichista Carolina Losada en las PASO santafecinas y tiene grandes chances de triunfar contra el peronismo en la general de septiembre.
Larreta estuvo acompañado también por la más reciente estrella del PRO, Ignacio “Nacho” Torres, que hace nueve días ganó la gobernación de Chubut frente al peronismo unido. Sin embargo, cerca del mandatario electo aclararon que estará tanto en el cierre de campaña del jefe de gobierno porteño, como en el de Patricia Bullrich el jueves en Lanús. Es decir, mantiene su “neutralidad” en la interna y no apoyaría exclusivamente a ninguno de los dos presidenciables.
“No es que trasladen votos, no es una relación directa. El punto es que el territorio que puede mover cada uno de los que va a estar importa y que ellos tiren para nuestro lado ahí en sus provincias es relevante”, explicaron en el Ejecutivo porteño.
Julia Pomares, jefa de Asesores de Larreta abrió la presentación. Luego, los gobernadores electos hablaron por tres minutos (el tiempo fue prefijado): cada uno llevó, además de su apoyo, su reclamo y manifestó las necesidades de sus provincias. Luego hablaron durante cinco minutos Morales y Larreta con eje en el federalismo: “La idea es dar la señal de que Horacio escucha los reclamos de quienes van a ser gobernadores y él mostrará su compromiso con las provincias si es Presidente”, anticiparon en Uspallata.
La elección de Córdoba, como se dijo, no es casual. Es uno de los tres distritos en los que el equipo del mandatario porteño entiende que debe reforzar y que será difícil la pelea con Bullrich: los otrss dos son Mendoza, donde la exministra tiene a su principal aliado radical en Alfredo Cornejo, y paradójicamente la Capital Federal, donde Larreta gobierna hace 8 años.
En el campamento de campaña larretista buscan trasmitir que hay cambios de aire y un optimismo renovado respecto a los resultados que podría dejar la elección del domingo. Más allá de si se trata de una pose o no, lo cierto es que hubo -según reconocen hombres muy cercanos al mandatario porteño- un momento en particular en el que hubo gran preocupación de que todo terminara mal para él: la crisis de JxC que se produjo cuando el sector dialoguista intentó forzar una alianza electoral con Juan Schiaretti, a días de la elección provincial, que finalmente terminó ganando el peronismo local no-K por poco sobre Luis Juez.
“Pero no fue un error, fue un costo que hubo que pagar para garantizar que pueda pasar a futuro algo que va a ser necesario para gobernar, un gobierno de coalición y con sustento”, advierte de todos modos un dirigente larretista.
No hay freno en la última semana antes de las PASO, porque Rodríguez Larreta vuelve a Buenos Aires, donde lo espera el maratónico cierre de campaña de su alfil político en la Provincia, Diego Santilli, de 15 horas en diez municipios del conurbano bonaerense, mientras que Morales se queda en Córdoba con recorridas en el norte provincial.